Luis Maria Tendla

 
Mi mano fue a posarse
sobre tu mano fría.
Mas en aquel momento
me miraste con tus cuencas vacías.
Estabas triste, ya no reías,
algo de ti en mí dejaste,
que me acompaña todavía.
Y desde entonces me pregunto
si es posible que alguien
se pueda enamorar de ti
algún día.

Otras obras de Luis Maria Tendla...



Arriba