Quisiera guardar las sombras para envolver
en ellas mis recuerdos, esas sombras que...
Que sin saber por qué y, aunque no piense en ti,
siempre te traen a mi memoria.
Te recuerdo, no te llamo. Tan solo, intento...,
evitar que mis recuerdos se pierdan en la nada,
olvidados por el tiempo en algún rincón del camino...
Mi sombra de cuatro estaciones; sombra...
Compañera del silencio, a la que nunca olvido...
Sombra fuiste, sombra eres y sombra seguirás siendo.
Tú lo quisiste así, nada puedo hacer,
ni lágrimas ni promesas sirvieron para convencerte.
Tu recuerdo de nuevas vivencias en otros lares,
me queman los labios y no es tu beso,
sino la sal de mis lágrimas. Esas lágrimas de hombre...
Secas, muertas al filo de la noche.
Cuando la luna sonríe indiferente sobre aceros
escondidos que salen a su paso para morir con ella.
Luna de soledad, siempre errante y dolorida.
Cuando salgas..., cerraré la puerta, correré cerrojos,
cerraré ventanas y me meteré tapones de algodón
en los oídos, para que no vuelvas a ser mi dueña.