Me abandonas el día que más te quiero
y me dejas el mundo a mí solito,
pero tu amor fue un cuento tan bonito
porque hablaste de mi y, siempre, muy sincero.
Me dijiste que yo era un príncipe encantado
que llegaba a tu vida, noche a noche,
y que tú con amor te me entregabas
aceptando un cariño y un reproche.
Me dijiste también que me adorabas,
de rodillas mil veces me serviste...
y hoy resulta que aquí todo se acaba
y te vas sin piedad, sin despedirte.
Y al final de este cuento tan bonito
yo soy el que se queda enamorado,
corazón, vida mía, alma de mi alma,
nuestro cuento de amor ha terminado.