Se me acabó la fuerza
de mi mano izquierda;
voy a dejarte el mundo
para ti solita;
...como al caballo blanco
te solté la rienda,
a ti también te suelto
y te me vas ahorita.
Y cuando al fin comprendas
que el amor bonito
lo tenías conmigo,
vas a extrañar mis besos
en los propios brazos...
...del que esté contigo;
vas a sentir que lloras,
sin poder siquiera
derramar tu llanto.
Y tras de querer mirarte
en mis ojos claros
que quisiste tanto,
que quisiste tanto,
que quisiste tanto.
Cuando se quiere a fuerza
rebasar la meta
y se abandona todo
lo que se ha tenido,
...como tú traes el alma
con la rienda suelta,
ya crees que el mundo es tuyo
y hasta me das tu olvido.