Te invito a recorrer Champs Elysées,
el paseo de las luces y los mimos,
y si no aquellas playas que anduvimos
tomados de la mano de la fe.
Si no se puede, vamos al plan B:
vaguemos por la calle en que vivimos
para ver lo que somos, lo que fuimos,
para hablar de lo que es y lo que fue.
Y si no, vamos, pues, a la ventana,
reducto de la paz y del amor,
y esperemos la luz de la mañana
acurrucados, para dar calor,
y enlacemos, en aventura insana,
junto a la Cruz del Sur la Osa Mayor.