¿Con quién he de soñar sino contigo?
que tienes, cual la mía, tan pura el alma,
que si mi amor vagó buscando abrigo,
en ti encontró lo que quería: la calma.
¿Con quién, si solo tú me has enseñado
lo bello que es amar un alma buena,
y con tus versos me has ilusionado,
y lograste ahuyentar mi negra pena.
Mi sueño es para ti, de él eres dueña,
lo mismo que de mi alma toda entera,
que tendrá cual divisa, como enseña:
“Que nuestro amor sea real, no una quimera...”