He llegado á un punto de la mía vida
que no puedo tener una bona perspectiva,
todo me parecen burdas entelequias
en aquestas nigérrimas aguas altivas.
No es que sea incapaz de ser amativa,
sólo no soy bella ante la mía imagen nociva,
porque siempre soy yo quien es astrictiva
ante este ser encadenado que me desmotiva.
Le ruego plorando á las vírgenes marías
por compasión que perezcan la mía vida,
que no sé á qué dirección esta vela vaya
si el viento está ciego si voy por acequias.
Quizá los cielos ignoren la mía partida,
teniendo en cuenta que ni él me quería.
Quizá me vaya sin mucho dolor y torturas,
quizá la mía muerte no merezca ni exequias.