Tu vientre sabe más que tu cabeza y tanto como tus muslos. Ésa es la fuerte gracia negra de tu cuerpo desnudo.

Para hacer esta muralla, tráiganme todas las manos: los negros, sus manos negras, los blancos, sus blancas manos. Ay,

Búcate plata, búcate plata, poqque no doy un paso má: etoy a arró con galleta, na má.

¡Oh Camagüey, oh suave comarca de pastores y sombreros! No puedo hablar, pero me gritan la noche, este misterio; no puedo hablar, pero me obligan

Monsieur Dupont te llama inculto, porque ignoras cuál era el nieto preferido de Víctor Hugo. Herr Müller se ha puesto a gritar, porque no sabes el día

Era una muchachita de carne perfumada con agua de Colonia y jabón de Castilla… a quien amé con una pasión vaga y sencil… que nació de unos versos de amor y una m… Recuerdo que al decirle por primera vez…

Sola, sobre su ola de parado coral, Antillilandia vive, esperando el trompetazo del Juicio Inic… Casa de vecindad, patio del Mar Caribe, donde los inquilinos se juntan

El alma vuela y vuela buscándote a lo lejos, Rosa tú, melancólica rosa de mi recuerdo. Cuando la madrugada

¡Aquí estamos! La palabra nos viene húmeda de los bosqu… Y un sol enérgico nos amanece entre las… El puño es fuerte Y tiene el remo.

La muerte es un suplicio banal, si se compara con este andar a tientas tras una sombra vaga. Entrecambiar al paso

Murió callada y provincial. Tenía llenos los ojos de paz fría, de lluvia lenta y lenta melodía. Su voz, como un cristal esmerilado, anunciaba un resplandor encerrado.

Mendoza la bien sembrada, ciudad de luz y arboleda, en roca viva engastada... Amor de Marianetti, el Señor

Yo soy borracho. Me seduce el vino luminoso y azul de la Quimera que pone una explosión de Primavera sobre mi corazón y mi destino. Tengo el alma hecha ritmo y armonía;

Chévere del navajazo, se vuelve él mismo navaja: Pica tajadas de luna, mas la luna se le acaba; pica tajadas de canto,

Como el conocido señor Jourdain, que a los cuarenta años aprende de su profesor de filosofía que ha estado hablando en prosa sin saberlo, bien pudiera decirse que no pocos prosistas, y ...