Quiero saberte vivo y latiendo muy intenso,
entre naranjos altos, frente al mar sin espadas.
Imagino sonrisas nacidas de tus labios,
tus piernas enredadas entre las algas rojas.
¡Tú, bestia de deseos por la naturaleza!
Sólo espero me ignores, no tropieces con mi hilo
que sólo con silentes lágrimas desenredo.
No sea yo el recuerdo de aquella extraña tarde.
Quiero que viva mi mirada en tus sueños blancos.
Quiero ser ese equívoco que ya no es dolor.
Alguien dijo tu nombre y... yo queriendo olvidarte.