No existe el aire ya. Las lejanías
están aquí al alcance de la mano.
Evidente es el mundo y tan cercano.
He aquí la densidad que apetecías.
La luz se cierne en mineralogías
tan de ardiente osatura y primer plano,
qe me brota este grito sobrehumano:
Gloria al bramar de las montañas mías.
Es el viento que encrespa sus bisontes,
que en bravo alarde de torsiòn y ultraje
lomos restalla de olas y de montes.
El viento que me empapa de paisaje.
Sur viento sur, enròlame en tu viaje
y ráptadame en tus brazos de horizontes.
De Alondra de verdad