Gerardo Diego

Calatañazor

Azor, Calatañazor,
       juguete.
Tu puerta, ojiva menor,
es tan estrecha,
que no entra un moro, jinete,
y a pie no cabe una flecha.
 
Descabalga, Almanzor.
       Huye presto.
 
Por la barranca brava,
ay, y cómo rodaba,
       juguete,
       el atambor.
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