Estábamos intercambiando palabras
pero no diría que era una conversación
tu indiferencia me arañó con sus garras
y parecía que solo quería hablar yo.
Sabía que algo te pasaba
lo que no sabia
es si la culpa era mía,
pero estaba claro,
otro mensaje no lo arreglaría.
Entonces fui donde veía reflejada nuestra conexión
donde encontraba cositas que me recordaban a ti
y te mandaba con incesante ilusión.
Un poema escrito por un mejor poeta que yo,
una frase dicha por un mejor filosofo que yo
o una escena de una serie
dirigida por un director más creativo que yo.
Y aunque sean mejores que yo,
aún si nunca pudiera crear algo del mismo valor
ellos lo hicieron y en su arte te vi a ti
y creo que ahí hay amor.
Solo que esta vez no fue suerte,
esta vez, aún si perdía gracia lo busqué.
Porque se que cuando algo a ti me recuerda
y te lo hago saber
coloreo de amarillo el resto de tu mes.
Entonces arruiné mi parte de la experiencia
y como un padre a última hora
hasta en la luna busque la barbie para mi hijita.
Y aún si esa barbie no la he creado yo,
aún si no se le ha ocurrido a esta tonta cabeza,
que más da si corriendo se lanza mi hijita a mis brazos
y colorea de rosa la habitación entera,
o en tu caso me respondes
“Cuanto te quiero”.
Ay si tu supieras.
Si con suerte eso consigo
entonces seré recolector
y todo lo que le haga feliz
llevaré a los pies de mi princesa
hasta que las decididas manos de este trovador
puedan por si solas satisfacerla.