No te detengas cree en ti no mires el pasado ni el dolor que estuvo ahí Camina o arrastrate
Me vi mirándome desde lejos, inmóvil se me termino el día, paralizada la noche vio mi rostro, ante un espejo casi imperfecto. ¿Qué he de amar?
Y ahora renuncio a la posesión de mí mismo. Ya no soy yo, si no otro. Me transfiguro en la nada,
Sobre el cielo oscuro a las tres de la mañana. Sobre tu cuerpo desnudo que la brisa emanaba. La otra noche fue un triunfo.
Sufro porque te amo sufro a ratos: cortos largos... El amor lo sufro
Mi yo individual ha muerto ¿Quién soy yo, sino tú? Yo soy el todo y la nada Soy el nulo El improbable
No se puede ser feliz sin ninguna compañía yo sé de las tristezas y de las noches frías Sé de flores y de estrellas
Y ahora me besas, el río me toca, cae desde mi cuello, es tu boca. Tu cabello se enreda,
Recorre el cielo oscuro la noche más larga las estrellas al noroeste no las vuelvo a ver. La luna, detrás de la montaña
He visto emerger demonios de oscuros bosques y lechos. He visto renacer de la oscuridad lagos de fuego. He visto a los hombres
Ven Mírame escúchame o escucha mis palabras ahora olvidame
Hay una libertad inmensurable hay un tiempo no perdido dónde tus ojos no veían su sombra pero el tiempo te entrego a él hay delicadeza en tu cabello
He nacido no del viento del suelo comprendo tu dolor porque yo soy dolor por dentro. La flor que se ha marchitado
Que gran locura esa la mía, la de querer ser todos y no ser ninguno. Que gran locura esa la mía, la de creerme rey
Desde el sol sublime de occidente me llamó. A través de un sueño se mostró ante mí y me sentí pleno… Danzo en mi sueño profundo