No me interesa lo intermedio, lo tibio o lo que tiende al depende. Es decir, no hay forma de que la existencia del afecto prevalezca ante rebanadas insatisfechas de lo que llaman amor.
Rechazo la idea de que el querer sea líquido naturalmente, y escurra con facilidad cuál nieve al derretirse cuando tiende al desperfecto o la confusión.
Yo, me antepongo a la firmeza de abrazar fuerte, de amar de más, de besar hasta que los labios duelan y siempre, priorizar a lo que se estima; de cuidar y entregar hasta las reservas, antes, que abrirle la puerta al miedo o las inseguridades.
Por lo tanto, quien no esté listo y no sea consistente para hallar la manera de acomodar las irregularidades, entonces que no estorbe. Que no finja encontrar soluciones vacías o por fracciones.
A medias nada funciona, a medias nada fluye. A medias no lo es todo, pero tampoco es nada.
A medias, fracciones y rebanadas no se ama.