Vida, aquí vengo al final de la partida
a darte gracias por lo que me has dado
por la flecha clavada en mi costado,
por la esperanza y la ilusión perdida.
Gracias por estos hijos, luz nacida,
regalo de un destino atormentado,
óptimo fruto, el bien más esperado
de esta vida de amor a ti debida.
Gracias por este afán, ardiente y puro,
gracias por cada amanecer radiante
y gracias por andar fuerte y seguro.
Gracias por éste corazón amante,
gracias por esperar con fe el futuro,
solo y sin rumbo y siempre hacia adelante