El remanso del aire bajo la rama del eco. El remanso del agua bajo fronda de luceros. El remanso de tu boca

Bajo el naranjo, lava pañales de algodón. Tiene verdes los ojos y violeta la voz. ¡Ay, amor,

Naranja y limón. ¡Ay de la niña del mal amor! Limón y naranja. ¡Ay de la niña,

Yo era. Yo fui, pero no soy. Yo era... (¡Oh fauce maravillosa

La niña va por mi frente. ¡Oh, qué antiguo sentimiento! ¿De qué me sirve, pregunto, la tinta, el papel y el verso? Carne tuya me parece,

Por la calleja vienen extraños unicornios. ¿De qué campo, de qué bosque mitológico? Más cerca,

Ya te vemos dormida. Tu barca es de madera por la orill… Blanca princesa de nunca. ¡Duerme por la noche oscura! Cuerpo y tierra de nieve.

La mano crispada como una Medusa ciega el ojo doliente del candil. As de bastos.

Coches cerrados llegaban a las orillas de juncos donde las ondas alisan romano torso desnudo. Coches que el Guadalquivir

Cuernos de oro y ojos verdes. Sobre el acantilado, en tropel gigantesco, ilustran el azogue