Amor de mis entrañas, viva muerte, en vano espero tu palabra escrita y pienso, con la flor que se march… que si vivo sin mí quiero perderte… El aire es inmortal. La piedra in…

Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva

Entre italiano y flamenco, ¿cómo cantaría aquel Silverio? La densa miel de Italia

Los arqueros oscuros a Sevilla se acercan. Guadalquivir abierto. Anchos sombreros grises, largas capas lentas.

Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura

Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,

Salen los niños alegres de la escuela, poniendo en el aire tibio del abril canciones tiernas. ¡Qué alegría tiene el hondo

Quiero bajar al pozo quiero subir los muros de Granada para mirar el corazón pasado por el punzón oscuro de las aguas. El niño herido gemía

En lo alto de aquel monte hay un arbolito verde. Pastor que vas, pastor que vienes. Olivares soñolientos

La lluvia tiene un vago secreto de… algo de soñolencia resignada y ama… una música humilde se despierta co… que hace vibrar el alma dormida de… Es un besar azul que recibe la Ti…

Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne,

Virgen con miriñaque, virgen de Soledad, abierta como un inmenso tulipán. En tu barco de luces