El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor
El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto
La elipse de un grito, va de monte a monte. Desde los olivos será un arco iris negro
Oye, hijo mío, el silencio. Es un silencio ondulado, un silencio, donde resbalan valles y ecos y que inclina las frentes
Entre mariposas negras va una muchacha morena junto a una blanca serpiente de niebla. Tierra de luz,
Los niños miran un punto lejano. Los candiles se apagan. Unas muchachas ciegas preguntan a la luna,
Los laberintos que crea el tiempo, se desvanecen. (Sólo queda el desierto.)
Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,
Sobre el monte pelado un calvario. Agua clara y olivos centenarios. Por las callejas
El puñal, entra en el corazón, como la reja del arado en el yermo. No.
Viento del Este; un farol y el puñal en el corazón. La calle
El grito deja en el viento una sombra de ciprés. (Dejadme en este campo, llorando). Todo se ha roto en el mundo.
Muerto se quedó en la calle con un puñal en el pecho. No lo conocía nadie. ¡Cómo temblaba el farol! Madre.
Vestida con mantos negros piensa que el mundo es chiquito y el corazón es inmenso. Vestida con mantos negros. Piensa que el suspiro tierno
De la cueva salen largos sollozos. (Lo cárdeno sobre lo rojo.) El gitano evoca
Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!
Campanas de Córdoba en la madrugada. Campanas de amanecer en Granada. Os sienten todas las muchachas
Los arqueros oscuros a Sevilla se acercan. Guadalquivir abierto. Anchos sombreros grises, largas capas lentas.
Cirio, candil, farol y luciérnaga. La constelación de la saeta. Ventanitas de oro
Sevilla es una torre llena de arqueros finos. Sevilla para herir, Córdoba para morir. Una ciudad que acecha
Por la calleja vienen extraños unicornios. ¿De qué campo, de qué bosque mitológico? Más cerca,
Virgen con miriñaque, virgen de Soledad, abierta como un inmenso tulipán. En tu barco de luces
Cristo moreno pasa de lirio de Judea a clavel de España. ¡Miradlo por dónde viene!
La Lola canta saetas. Los toreritos la rodean, y el barberillo
Pero como el amor los saeteros están ciegos. Sobre la noche verde, las saetas,
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
Cien jinetes enlutados, ¿dónde irán, por el cielo yacente del naranjal? Ni a Córdoba ni a Sevilla
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
En la noche del huerto, seis gitanas, vestidas de blanco bailan. En la noche del huerto,