Llegaba la noche con tono violento.
Llorando de miedo la tarde caía,
y en hondas y abiertas prisiones, se oía
correr desbocados los potros del viento.
Tomaba infinito contorno sangriento
el áspero traje que todo cubría.
«Misterio» en un símbolo negro reía,
mostrando en su risa terrible contento.
El Mal, desataba los monstruos del Vicio.
Marchaba un apóstol hacia el sacrificio
cantando sus grandes, sus fuertes ideales,
sus fuertes ideales cantando muy quedo
Y, allá, amenazada por sombras fatales,
la tarde caía llorando de miedo.