Extraños
Me quedan mis poemas,
mis cuentos nuevos,
mis desconsuelos,
por que no creo en las penas.
Túveme que hacer ecéptico a la fuerza
y me miraba por una ventanita
el amor del pasado, la “pasión infinita”,
y yo seguía escribiendo,
y sigo levantándome sintiendo
que mi alma todos estos versos vomita.
Anoche volví al barrio mío
y por todos lados do miraba
la muerte y su quemazón reinaba,
el caso tiene aún ese carácter impío;
En el barrio el amor se mezcla con el brío
y las amistades duran a pesar de todo,
los laburantes quieren sacar las patas del lodo
y los perros se la pasan ladrando.
¿Será que hay muchas almas por ahí rondando?
o quizás ya se aburrieron, como yo, del todo.
Me topé con amigos del pasado,
que se emborrachaban sutilmente,
me miran y lo digo en presente
por que en ellos hay un aire, aquí respirado;
Casi que no me reconocieron, salvo que iba llorando,
uno de ellos me tendió una mano
pero era ésta un ramo envenenado
y recordé así al amor;
Ya que, como la amistad, conlleva al dolor
cuando uno se da cuenta que la cosa ha cambiado.
