Miro tu foto,
hermano de la vida sencilla,
tu ausencia viene y nos humilla
extrañando el color de tus ojos.
Los días caen sobre uno, cual rayo,
la muerte alimenta un corazon de recuerdos,
pero yo ando acá vivo, y vos allá muerto,
y pienso que es el destino un lacayo...
Éramos jóvenes, esperanzados,
la calle nos consumía entre juegos
y volvíamos cansados ¡pero nuevos!
y hoy solo esto, tu foto, el pasado.
Sé que lo único que espero es reencontrarnos
antes de olvidar tu risa, tu voz,
la melancolía viene y nos parte en dos
y a tu ausencia debemos acostumbrarnos.
Me quedan tus hermanos,
que son los míos, todos saben;
Me queda tu madre, mi madre,
tu casa, la ultima vez que sentí tu fría mano.
Las anécdotas divertidas
que se me vienen a la mente
son mas deliciosas que el sabor a muerte
que van emanando mis retinas.
Cuánto ha quedado por hacer,
cuánta falta haces;
Prefiero morir, a veces, para que me abraces
y me cuentes como debo hacer.
Te extraño, hermano mío,
que placer ser y haber sido tu amigo.