Emil Cerda

Poema de la Verosimilitud

“¿Ya, eso fue todo? Venir y hacer el amor una querella,
El olvido hace el pensamiento un eterno sello;
Y lo más irónico es que la fea se vuelve bella;
Sinceramente tu recuerdo se atora en mi cuello.
 
”En menos de un mes ya aprendiste a montar camello,
Al inicio te veías ilustrada por la perfecta aquella;
Qué más, si no menos, que me peinaste el cabello,
Parecíamos cerca, pero estábamos lejos como cada estrella.
 
“De qué vale navegar galaxias si tu planeta está en mi techo;
Tener una vida juntos, ¿no estás satisfecha?
Que estés con otro, abrazada, en su lecho,
Me deja saber que tu mentira fue una verdadera sospecha.
 
”Por más que yo quiera que nuestra vida sea consonante;
Tu forma de ser la convierte en asonante;
Quiero besar por última vez tus pechos anhelantes,
Cómo quisiera que fueras como antes.
 
“Nunca te olvidaré, aunque llegue a enamorarme;
La pulsera es un regalo perpetuo.
Aunque el amor no sea mutuo,
De realidad tengo que armarme.
 
”¿Quiere que te sea más honesto?
Bueno, en verdad te extraña mi pecho.
La lejanía es un caro impuesto,
Que mientras más se extienda no habrá provecho.
 
“Gracias por amarme a tu manera,
Porque retuve esa forma de amar;
Entendí que no fue de verdad;
En un mes no se olvida a quien amaste ya.
 
”Por eso, esto no es una despedida,
Porque si algún día te veo en esta vida;
Tal vez me haga el loco, y tal vez siga;
Camino, hago como si no te conociera,
Pero mi corazón latiendo me dirá que aún estás.
Nadie es imprescindible, excepto el que ama,
No me amaste, dirás que sí, pero tus acciones no;
Por eso, por más borracho,
O estúpido que esté por pensar en vos,
Sólo piensa en cuánto Dios no permitió
En que te fuera infiel.
Me cansé, no quise más, fui cruel,
Pero entendí que para amarte, debo amar a Él.
 
“Así que, aquí estaré para darte consejos.
Si quieres hablar, aquí estaré.
No estoy repitiendo nuestra conversación de viejos.
Sino que entiendo, que no puedes amarme otra vez”.

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