Hoy bajas por la carretera
Y yo te escucho cómo cantas;
Vuelan pájaros de tus hombros,
Vuelan gramillas de tus faldas;
En las colinas de tus senos
Se aventan las oscuras gramas,
Y se ve en el trasluz del horizonte
Que se disipa ya la madrugada.
Tú sales a mirar la noche,
A trajinar por las llanadas,
Desprendes el cabello al aire
Y la humedad se te rezaga
Bajo los pies, entre las piedras,
Elemental y sofocada,
Y yo te aguardo porque sé que traes
Los ojos limpios de esperar el alba.
Necesitas la noche. Sube
Su penumbra por tus espaldas,
Tomas olor a los tomillos,
Desnuda entre las hierbas agrias,
Verdes se quedan tus hoyuelos,
Florecen verdes tus pestañas,
Y vuelves como un árbol caminante,
Como raíz nutrida y fecundada.
Por las colinas de tus senos
Se aventan las oscuras gramas.
Tú necesitas de la noche,
De los montes y las bajadas.
Pones la mano entre la tierra,
Quedas de pronto ensimismada,
Y luego vegetal, verde y sereno,
Tu rostro se ilumina en la mañana.