Elvio Romero

Transfiguración

No sé a veces qué somos, si ya cada
Grumo de tierra suena en nuestra mano,
Si eres mujer o barro de secano,
Si yo varón o arena derrumbada.
 
Si tu cara es latido o si semilla,
Si un ramaje de hierbas tu cabello,
Si tus ojos dos ascuas en destello,
Si mi sombra un helor que se arrodilla.
 
Tanto llevamos un color de tierra
Que nuestro cuerpo es como tierra lisa,
Tierra que el viento reconoce y pisa,
Que el aire besa y su ademán encierra.
 
Tanto de tierra somos, tanto enciende
La tierra nuestra sangre y nuestra vida,
Que ya no sé si somos sólo herida
De tierra que sus vertidos esplende.
 
Si te embisto, tal vez ya sólo embisto
Una colina, un surco, un sembradío,
Y, labrador al fin de esfuerzo y brío,
De sol me anego y de calor me visto.
 
De tierra somos. Ya la tierra muerde,
Mujer, tu entraña dulce y fragorosa,
Y si mi fuego de varón te acosa,
Los hijos saltan de tu prado verde.
 
No sé si por tu piel se transfigura
La vegetal orilla de un paisaje,
No sé si vuelves o si estás de viaje
Hacia la tierra, hacia su agricultura.
 
Si varón o mujer, no sé; si en vano
Pretendemos no ser yerba o simiente,
Si dos ramas que sellan su corriente,
¡Si dos raíces que se dan la mano!

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