Versos dormidos
Versos dormidos en la bruma del pensamiento,
ideas fugaces que no lograron despertar.
En el umbral de la consciencia se quedaron,
ahogados por la multitud de sus hermanos.
Poemas sin nacer, ecos silenciosos,
atrapados en la punta de una idea.
Semillas de versos que no germinaron,
en el jardín saturado de la mente.
¿Cuántas historias se habrán perdido así?
¿Cuántas metáforas quedaron sin decir?
En el limbo de lo casi concebido,
reposan estos poemas olvidados.
Tal vez algún día, en un instante de calma,
uno de ellos logre alzar su voz.
Mientras tanto, duermen en silencio,
en la punta de una idea que no floreció.
Es un verso interesante y evocador. Habla de la triste realidad de las ideas que nunca llegan a materializarse por saturación. Es como si nuestra mente fuera un jardín donde ya no caben más flores, por lo que las nuevas semillas quedan relegadas al olvido, esperando una oportunidad que quizás nunca llegue.
La imagen de "la punta de una idea" sugiere fragilidad, como si estos poemas nunca llegaran a echar raíces firmes en el pensamiento. Se quedaron en un estado latente, en el umbral de la creación, pero la abundancia de otros poemas, quizás incluso mejores o más llamativos, les impidió florecer.
Es una reflexión sobre la inspiración, la creatividad y la frustración que a veces conlleva. ¿Cuántos poemas, historias, canciones o inventos se habrán quedado dormidos en esa punta de la idea, esperando en vano su momento?
