Te encuentro en la penumbra
del alba adormecida,
en sombras que susurran
historias ya perdidas.
Te encuentro en los silencios
que dejan las palabras,
en notas de un suspiro
que el viento desbarata.
Te encuentro entre las olas
de un mar de incertidumbre,
en la espuma que juega
con mi ansiedad y mi cúmple.
Te encuentro en cada grieta
de un muro que nos deja,
como huellas de un tiempo
que aún nos pertenece.
Te encuentro con la urgencia
de un alma que no espera,
con pasos que tropiezan
pero jamás se frenan.
Y cuando ya en la bruma
mi fe se desvanece,
te encuentro en la ternura
de aquello que no muere.