En versos vibra el alma creadora,
se tejen sueños con hilos de pasión,
la rima nace como una oración,
y el arte al mundo su fulgor implora.
Allí la pluma, leve y soñadora,
despierta en letras vida y emoción,
y en cada estrofa fluye la razón,
del corazón la voz reveladora.
Es campo fértil donde brota el canto,
un eco eterno de magia y de calma,
un mar de sueños donde mora el llanto.
Allí la esencia pura deja el alma,
y entre palabras, de belleza un manto
se extiende, dulce, cual divina palma.