En este poema se dirige su sátira a la clase política actual, denunciando su hipocresía y la distancia entre el discurso público y la realidad de sus actos.
Los políticos son retratados como falsos caudillos, que "en discursos inflamados" pintan "de la nación la salvación", pero que en realidad sólo procuran "vuestros bienes preciados" y "saqueáis el erario con desvío".
Destaca la contradicción entre su "rimbombantes promesas" y la "mentira y las vilezas" en las que medran, como "parásitos" y "gusanos". Su fingida defensa de la patria y del pueblo no es más que una "falsa virtud" para encubrir su verdadera ambición y codicia.
El tono despectivo y la acumulación de imágenes degradantes ("en las sombras", "cual parásitos, cual gusano") transmiten la indignación del poeta ante esta corrupción y falta de escrúpulos de la clase política.
La pregunta final, "¿Cómo, si en la mentira y las vilezas medráis, queréis pasar por santos y por píos?", resume la sátira a la hipocresía de unos gobernantes que traicionan los ideales que dicen defender.