Canto al Duende Flamenco
En la fragua de la noche estrellada,
donde el quejío al alma desafía,
nace el duende en la voz apasionada,
eco eterno de antigua melodía.
Guitarra que en manos vibra y llora,
cante jondo que al cielo se confiesa,
bailaora que al compás enamora,
taconeo que el silencio atraviesa.
En el tablao se funden las miradas,
sudor y arte en mágica alianza,
corazones y palmas enlazadas,
ritmo y sentimiento en la balanza.
Oh, flamenco, misterio y poesía,
raíz profunda de un pueblo que siente,
en tus acordes vive la alegría,
en tu lamento, el dolor latente.
Que nunca muera tu esencia bravía,
que el mundo escuche tu canto ferviente,
porque en tu son se encuentra la vía
de lo humano y lo divino, presente.
