En este poema, se arremete contra la hipocresía y la falsa virtud de la nobleza tradicional, que esconde sus vicios y corrupción bajo un manto de "blasones engreídos" y "fingida sacra austeridad".
Los nobles son retratados como seres engreídos y distantes, que viven "en palacios enriscados" y miran con "desdén" al "importuno" que osa acercarse a ellos. Su supuesta grandeza y distinción se revelan como mera fachada, mientras en realidad su "ilustre progenie se ensancha" en "la molicie y la maldad".
Utiliza un lenguaje recargado y metafórico para resaltar esta contradicción entre la apariencia de virtud y nobleza, y la verdadera podredumbre que se esconde debajo. Expresiones como "falaz y pétrea gentileza", "fingida sacra austeridad" o "la torpe mancha que aún en vuestra alcurnia se desata" dan cuenta de esta sátira mordaz.
La pregunta final, "¿Cómo, si en la molicie y la maldad vuestra ilustre progenie se ensancha, queréis pasar por nobles y sin tacha?", resume la burla a la hipocresía de una nobleza que ha perdido sus virtudes pero mantiene las apariencias.