Soneto A César Vallejo
Canto negro y doliente de profundo universo,
que en tu voz retumbó con dolor desmedido,
fue en tu verso fecundo un grito enardecido,
un relámpago puro, del suelo al cielo inmerso.
En cada sílaba arde tu feroz universo,
donde el hombre, vencido y de sombras ceñido,
halla un eco cercano, su sufrir compartido,
en tu verbo que llora y abrasa como un verso.
Poeta peregrino, de espíritu guerrero,
fuiste voz de los pobres, del mundo, del sincero,
y tu pena en el tiempo seguirá sin medida.
Oh Vallejo, del lodo y del cielo alimento,
de la entraña más honda brotó tu cruel lamento,
y en la lucha sin tregua hallaste abierta herida.
