Si anhelas manzanas, agita el árbol,
Rompe su sopor, despierta al ciervo dormido.
Las frutas caerán, aunque tu cuerpo duela,
Y el dulce néctar llegará por ti decidido.
Sacúdete el árbol, no temas al estruendo,
Embiste el tronco, golpea con fuerza serena.
El fruto sabroso, ganancia o portento,
Es recompensa por tu afán y pena.
Pues la vida es árbol que te obsequia frutos,
Espera el momento, mas no lo dejes pasar,
Para que al sacudir, te alcancen los atributos,
Que destino y cosmos te ayudar a conquistar.