Ruido del silencio
Allí, donde retumban los silencios,
se desliza la brisa entre los muros.
No es el tiempo tan dócil en sus vicios,
ni los sueños tan puros ni tan duros,
que se quiebran al filo de la pena
como espejos de miedos tan oscuros.
¿Dónde quedan la fe y la azucena,
cuando el polvo sepulta los anhelos
y el destino se oculta tras la niebla?
Vi la tierra poblarse de desvelos,
con sus manos vacías de ternura
y sus ojos dormidos sin consuelo.
Pero la promesa fue tan dura
como el alba que llega sin colores,
sin abrigo en la sombra de la luna.
Van cayendo los pétalos de flores
por los surcos de un campo abandonado,
mientras gimen su luto los pastores.
Y me alejo con paso sosegado,
con el peso de un alma que vacila,
recordando el sendero ya olvidado.
Desde lejos la duda se perfila
como un grito callado en la memoria,
como un eco que en sombras se destila,
como un sueño sin dueño en la historia.
