En el lienzo eterno, cautiva tu mirada,
Misterio en silencio, que nada revela,
Espejo de almas, sonrisa velada,
Dama de enigmas, dulce y etérea.
Tus ojos hablan de siglos dormidos,
Ocultas secretos en sombras y luces,
El arte en tu rostro, sutil y prohibido,
Refleja el asombro que el tiempo traduce.
Río que fluye, suave en tus venas,
Sombra que danza en cada contorno,
Derramas encanto, ajena a las penas,
Y en cada suspiro renace tu asombro.
Tu sonrisa enigma, dulce e inmutable,
Es guardiana eterna de sueños y abismos,
Con un halo frágil y enigma indomable,
Nos dejas perdidos en tus mismos prismas.
Oh, Mona Lisa, musa infinita,
Encanto sutil de tiempos lejanos,
A través del arte, tu ser palpita,
Y en cada mirada, volvemos humanos.