¡Albo amor tan bello, tan puro, ta… Que yo con delirio canté en mi niñ… ¡Cómo te han herido con bárbaro en… Los hombres que solo conocen la hi… ¡Cómo han profanado tu templo sagr…
No se enamore de una mujer que ard… que no baja la cabeza ante la inju… Su voz es llama que rompe el silen… y su alma, un tambor que marcha si… No entenderá sus silencios cargado…
Declama versos al vendaval, jura que en su danza inmortal va tallando rocas, montañas y piel… que su aliento esculpe la faz de l… que todo es el viento, y nada más.
Entre sabanas de seda y luces de v… se pierden los miedos y las barrer… en un refugio de amor y pasión, donde solo existimos tú y yo, sin… El calor de tu piel, la suavidad d…
Hay amigos que son como hermanos, que comparten alegrías y pesares, que en la tormenta tienden una man… y a tu lado siempre estarán. Son los amigos del alma,
Amalia de los cielos, al alba resp… tu nombre se corona, la vida te en… De azules horizontes y soles encen… se ciñen tus senderos con sueños f… La aurora te saluda con cánticos d…
Sé que la eternidad existe, mi dulce amor, en tu mirada, y que también un fin persiste en este amor que nos embarga. Pero el tiempo se hace escaso
En el río de la vida, contra la co… Remando con fuerza, sin miedo a la… El agua empuja en dirección contra… Pero mi espíritu lucha, no se desv… El viento sopla en contra, como un…
Ah, esta deidad perdida, Que no acierta a encontrar su cami… Errante y desorientada, Busca su destino sin tino. Como un barco sin timón,
En la senda de la vida, donde el d… Hay quienes caminan pobres, pero c… Aunque el dinero no abunde, su esp… Pues llevan en su pecho una espera… Sus ropas pueden estar gastadas y…
Tu piel cual pétalos, tan suave y… Tus ojos, un cielo, vasta y esplen… Tu voz, una armonía, trino que con… Que alza mi espíritu, nueva fuerza… Tu risa me embelesa, melodía sonor…
Las sílabas gotean en la sombra, un pulso apenas, un eco sin boca, una brisa que quema sin arder.
En la sombra de un olivo calla la… susurra el viento su amarga canció… Las estrellas tiemblan en lo alto, testigos mudos de su oración. Sus manos tiemblan, su alma llora,
Silente voz, pasión que se elevó, Tu canto, un eco en lenguas ancest… Resonando en los vientos, sin temo… Protesta y canto, himnos libertale… Voz de los Andes, eco del dolor.
Jaime Sabina, degenerado, mujeriego, de verbo hiriente, con cierto aire desgarbado y una sonrisa indecente. Anda arrastrando su esqueleto