Se encienden nuevamente las pasiones,
renace la esperanza en mi sendero,
se rompen del ayer los nubarrones,
y brilla en mí la luz de un sol sincero.
La vida da lecciones, mil razones,
y el alma se alimenta del esmero,
pues siempre hay un jardín de corazones
que laten con amor puro y entero.
No es vano el caminar, todo regresa,
el tiempo da respuestas sin demora,
y el bien que diste, vuelve con belleza.
La fe jamás se apaga ni se llora,
pues siempre tras la sombra y la tristeza,
renace el sol y el alma se enamora.