Cuando el sol se oculta tras el monte
y la sombra envuelve el horizonte,
tú, recuérdamelo.
En la brisa suave de la tarde
que susurra historias, no me faltes,
tú, recuérdamelo.
Si en la noche el cielo se ilumina
con estrellas que trazan mi destino,
tú, recuérdamelo.
En el eco de mis pasos lentos,
en el murmullo de los vientos,
tú, recuérdamelo.
Cuando el tiempo borre mis pisadas
y mi voz se pierda en la distancia,
tú, recuérdamelo.
En la risa y en el llanto,
en la calma y en el canto,
tú, recuérdamelo.