La poesía está en todo,
en el aire y en el sol,
en el mar que nunca calla
y en el eco de tu voz.
Se desliza en las esquinas,
en las sombras de un adiós,
en la risa, en la nostalgia,
en la herida y el perdón.
No hacen falta mil palabras,
ni escribirlas en papel,
la poesía va en el alma
como el agua va en la piel.
En la lluvia de la tarde,
en un beso sin final,
en la espera interminable
de un regreso que no está.
Va bailando en las estrellas,
en el viento y su canción,
en la historia de la gente
que se esconde en un rincón.
No hacen falta mil palabras,
ni escribirlas en papel,
la poesía va en el alma
como el agua va en la piel.
Porque al final, sin quererlo,
somos versos sin razón,
y la vida nos escribe
sin pedirnos la opinión.