Paz, dulce anhelo de la humanidad,
Sosiego que calma la tormenta fiera,
Bálsamo que cura toda ceguera,
Y abraza al mundo con serenidad.
En tu reino no hay odio ni maldad,
Solo armonía que todo prospera,
Donde el amor y la razón impera,
Y florece la noble libertad.
Oh paz, tesoro de inmenso valor,
Que las naciones buscan con fervor,
Y los corazones anhelan sin fin.
Que tu luz ilumine cada rincón,
Guiando al hombre hacia la compasión,
Y forjando un futuro sin confín.