En augustos paisajes, un empeño sin igual,
Cuando el pincel los pinta, impregnado de sentir;
Una exclamación de vida, un anhelo funeral,
Destellos que al lienzo anhelan conferir.
Tarda la mano en plasmar sus expresiones,
Ocultas entre sombras, un torbellino de pasión;
Con cada trazo, un latido en las intersecciones,
Un eco de palabras que claman al corazón.
Melancólica danza, donde el silencio impera,
Palabras que buscan su hogar en el lienzo,
Susurros de amor que el alma desatara,
Un poema de colores, un lamento intenso.
En cada pincelada, una lágrima escondida,
Un anhelo de encuentros, una búsqueda de amor;
El lienzo, confidente de un alma decidida,
Que en cada línea, su verdad expone con su ardor.