En las aguas del cielo, bajo el manto estrellado,
Lanzo mi anzuelo de sueños, atrayendo al anhelado.
Un lucero fugaz, cual diamante brillante,
Que ilumina mi noche, haciendo mi corazón vibrante.
Con paciencia y esperanza, espero su llegada,
Mientras las estrellas parpadean, guiando mi mirada.
El anzuelo se hunde, atravesando el firmamento,
En busca de ese lucero, mi más preciado momento.
El tiempo se detiene, el silencio se apodera,
Solo el sonido de mi respiración, que el aire acelera.
De repente, un tirón, un destello fugaz,
El lucero capturado, en mis manos con un abrazo.
Su luz ilumina mi alma, disipando la oscuridad,
Un momento eterno, lleno de dicha y claridad.
He pescado un lucero, un tesoro del cielo,
Que me guiará en mi camino, como un faro en el suelo.
Con él en mi mano, regreso a la tierra,
Llevando su brillo, su magia, su eterna lumbrera.
Porque en la noche más oscura, cuando todo parece perdido,
El lucero que pesqué, mi esperanza ha revivido.