En los momentos de duda y temor,
Cuando las sombras nublan mi visión,
Te ruego, oh Dios, con humilde fervor,
Fortalece mi fe, mi convicción.
Cuando las pruebas surgen sin cesar,
Y mi espíritu flaquea en la aflicción,
Sé Tú mi roca firme, mi ancla en el mar,
Renueva mi confianza en tu amor.
Que tu Palabra sea mi luz y guía,
Un faro que ilumine mi caminar.
Que tu verdad disipe toda falsía,
Y me ayude en tu senda a no vacilar.
Enséñame a confiar en tu sabiduría,
A descansar en tu fiel protección.
Que mi fe se afirme día tras día,
Cimentada en tu eterna compasión.
Cuando las dudas quieran acechar,
Susurra a mi alma tu dulce voz.
Recuérdame tu gracia sin par,
Y el precio que pagaste en la cruz.
Fortalece mi fe, te lo imploro Señor,
Para seguirte con firme decisión.
Que nada me aparte de tu amor,
Ni quebrante mi fiel devoción.
En ti creo, en ti espero, a ti me rindo,
Mi Salvador, mi Redentor, mi Dios.
Sé mi fortaleza, mi fe mantenla viva,
Hasta que al fin contemple tu rostro, Señor.
Este poema es una oración sincera pidiendo a Dios que fortalezca nuestra fe, especialmente en tiempos de duda, miedo y pruebas. Reconoce nuestra debilidad y nuestra necesidad de la fortaleza de Dios para perseverar en la fe. Pide que la Palabra de Dios sea una luz guía y que Su verdad disipe las mentiras. Expresa un deseo de confiar plenamente en la sabiduría y protección de Dios, y que nuestra fe se afirme cada día en Su amor infalible. Es una súplica para que nada nos aparte del amor de Cristo, y para que Él mantenga nuestra fe fuerte hasta el día que lo veamos cara a cara.