No me ames a medias, ni con dudas,
no me entregues retazos de tu ser.
Si vas a amarme, que sea sin murallas,
con la fiereza de un río que no teme ceder.
Tómame completa, con mis sombras densas,
con mis amaneceres rotos y mis noches sin luna.
Abrázame en mis días de tormenta intensa,
y no apartes la vista de mi verdad desnuda.
No me quieras solo en la risa clara,
ni me sueltes cuando el viento azote.
Ámame en la calma y en la batalla,
en la duda y en el derroche.
Quiéreme con furia y con ternura,
con la llama que enciende y que no se apaga.
Ámame en silencio y en locura,
como el mar, con su furia y su calma sagrada.
Si has de amarme, que sea sin reservas,
sin cálculo, sin miedo, sin regreso.
Ámame como se ama lo eterno,
sin condiciones, sin cadenas, sin pretextos.