Llegada del otoño
Cuando el atardecer se tiñe de ocre y grana,
y las hojas caen cual lágrimas del cielo,
siento en mi pecho el canto de la melancolía,
la estación que abraza al mundo con velo.
Las noches se alargam, el frío se acerca,
y el sol se esconde tras las montañas lejanas.
Mas en esta época de cambio y de tristeza,
encuentro el recogimiento de las horas tempranas.
Observo la danza de los árboles desnudos,
que se entregan al viento en un gesto postrero.
Y en la penumbra, un destello de esperanza nace,
pues el otoño trae consigo el invierno.
Esta efímera estación, de belleza y de pena,
invita a la reflexión y a la calma serena.
