El dolor puede que dure una noche,
como sombra que cubre el sendero,
susurra en la brisa, se esconde en la noche,
tejiendo sus hilos en sueños severos.
Mas no temas, que todo termina,
las horas avanzan con paso liviano,
la aurora renace, su luz ilumina,
y el alma despierta con pulso temprano.
Vendrá la alegría tras larga tormenta,
en rayos dorados la pena se esfuma,
un canto de vida la aurora presenta,
el día florece, la noche se suma.
Así es la promesa del tiempo que gira,
tras cada suspiro, la calma se asoma,
paciente, la fe en el alba suspira,
pues siempre la luz a la sombra desploma.