En la quietud de mi alma vacía, cuando el silencio se vuelve oraci… brotó un murmullo que nadie veía, era el Espíritu en suave canción. Pregunté entre lágrimas y desvelo,
Cuando los rayos de tu faz divina Iluminan mi ser con su fulgor, Cual flor que al sol su cáliz incl… Mi alma se abre al sublime esplend… En la dulce mirada de tus ojos,
En el silencio de mis noches solit… Susurra el eco de una vida no vivi… Sombras difusas de memorias imagin… Y el anhelo de una existencia pres… ¿Quién soy en ese mundo que no he…
En el fango surge lo divino, Flor de loto, gema en el légamo, Su belleza brilla, un lino, Naciendo en el lodazal de un abism… Sueño florido en el fango y lodo,
No me ames a medias, ni en retazos… no me ofrezcas mitades sin fulgor. Si has de amarme, rompe los lazos que te atan al miedo y al pudor. Búscame entera, sin condiciones,
En la danza eterna de la pasión, ardiendo en llamas de deseo intens… se funden dos almas en un intenso vórtice de amor y pura emoción. En cada beso, en cada inspiración,
El beso traicionero es luz sombría… fulgor de un sol que nunca dio su… es eco sin sonido y sin cimiento, promesa que se pierde en lejanía. Es llama que al helar no se vacía,
No basta el ímpetu, el rugir del a… desbocada en torrente, sin diques… No basta la furia de un relámpago… ni el verbo incendiado en su propi… El poema es un río que talla la ro…
Una casa vacía tiene su propio len… Las sillas recuerdan las piernas q… el sofá todavía guarda el peso de… como quien lleva siglos buscando u… La historia está aquí,
En el vacío de la página donde las palabras se desmayan sin encontrar su lugar ni su razón de ser Un silencio sin eco
Las montañas de plata con sus pico… dibujaban sus sombras en cielos ap… El río cristalino, un espejo sin p… reflejaba las ramas de la verde es… El sol de oro llameaba con su furi…
Sueña con los cielos, con nubes de plata, con alas de seda, con luz que lo atrapa. Quiere ver el mundo,
En la vorágine del viento, donde las sombras se desgarran, habita el grito de la tierra, rugiendo en el eco de las almas. Oh, patria de sangre y llanto,
Tan cerca que avizoro tu figura, Y tan lejos cual estrellas fugaces… El anhelo se nutre de locura, Y el suspiro se ahoga entre frases… Tu rostro, un lienzo de recuerdos…
Allá en lo alto vuela, solitaria, la gaviota blanca, hija del viento y del océano, buscando en su danza sin fin