Me siento feliz como una sandía roja,
En el verano de sol, ¡qué dicha loca!
Tu aroma a tierra húmeda, mi delicia,
Tu sabor dulce, un néctar que acaricia.
Tus semillas negras, cual estrellas en el cielo,
Brillan con júbilo, iluminando el suelo.
En tu campo verde, eres un rubí ardiente,
Un fruto del verano, un manjar sonriente.
Tu frescura me calma, tu dulzor me embriaga,
Me siento dichoso, como quien nada y juega.
Sandía roja, del verano dorado,
Eres un pedazo de cielo, un sueño endulzado.