En la Tierra de las Meigas
A lo lejos canta el viento en la montaña,
con voz de xanas, dulce y hechicera,
una gaita llora entre la niebla densa,
y el mar susurra secretos en la ribera.
Verdes los valles, eternos, hondos,
donde el tiempo duerme en robles viejos,
y las estrellas pintan en el cielo
antiguas leyendas de mil consejos.
El río Miño desciende, serpenteando,
llevando la vida en una melodía,
y en el Camino, los pasos resuenan,
de peregrinos buscando armonía.
Las meigas bailan en el fuego de las lechuzas,
sembrando misterios en la noche fría,
mientras la luna, dueña de la tierra,
ilumina el alma de quien confía.
Galicia, madre de sueños y recuerdos,
tu nombre lleva la sal y el viento,
y en el corazón de quien te canta,
eres inmortal, eterno aliento.
Que nunca me falte tu abrazo tierno,
ni el murmullo dulce de tu morriña,
pues en tu tierra encontré mi hogar,
y en tu luz, mi fiel gaitiña.
