Pues mire el que amor tuviere,
que en el bando de Cupido,
no hay respeto ni medida,
solo pasión y latido.
Flechas lanza sin piedad,
hiriendo con su dulzura,
atrapando en su red,
a quien se entrega a su locura.
El corazón, un campo de batalla,
donde el amor lucha con fuerza,
contra el desdén y la talla,
que intentan romper su terneza.
En el bando de Cupido,
no hay tregua ni cuartel,
solo la entrega al destino,
que nos juega un juego cruel.
Pero, ¡oh, qué dulce es amar!,
aunque el dolor nos persiga,
pues en el amor encontramos,
la razón por la que vivimos.
Así que, si el amor te llama,
no dudes en seguir su voz,
aunque el camino sea escabroso,
pues al final, encontrarás la paz.
En el bando de Cupido,
donde el amor triunfa al fin,
y el corazón encuentra su refugio,
para siempre, hasta el final.