El poeta, en su arte, es un fingidor,
teje verdades con hilos de ilusión,
en cada verso, su alma es escultor,
moldeando emociones con precisión.
Siente el dolor que nunca ha sentido,
y en sus palabras, el mundo lo cree,
pues en su máscara, todo es vivido,
y en su teatro, el corazón se ve.
Y entre sombras, juega su papel,
creando mundos con tinta y papel,
y aunque sufre, sufre por placer,
pues en fingir, encuentra su ser.